A través de este proceso, las empresas pueden identificar posibles ajustes, estimar impuestos, realizar proyecciones de resultados y tomar decisiones estratégicas que eviten eventuales contingencias con el SII.
Estando tan cerca de fin de año y entendiendo el desface natural de los cierres contables, resulta vital contar con un análisis previo al cierre del ejercicio. Tener un proceso de cierre contable preliminar por ejemplo al 30 de septiembre es una práctica recomendable para las empresas, que permite evaluar la situación financiera al terminar el año, proyectar la renta líquida imponible preliminar, y calcular el impuesto de primera categoría y obligaciones tributarias a ese período.
Según Hernán Fuentes, socio de Unitax, “este cierre contable preliminar permite tener una visión clara de la situación financiera en este punto intermedio avanzado del año. Y, aunque no es el cierre definitivo del ejercicio, muestra posibles desviaciones y prepara los estados financieros para el análisis y toma de decisiones, lo que es trascendental para la buena gestión de una empresa”.
De acuerdo al experto, este cierre permite realizar un análisis detallado de los ingresos generados y los gastos incurridos hasta la fecha, con el fin de determinar su concordancia con las proyecciones anuales. “Asimismo, da una visión avanzada del nivel de cumplimiento de los objetivos financieros (por ejemplo, EBITDA o las utilidades netas proyectadas), ayuda a revisar las posibles provisiones, amortizaciones, depreciaciones y ajustes de inventarios, de acuerdo con las normativas contables y fiscales; y con él, es posible hacer una estimación preliminar de los impuestos que se deberán pagar y considerar acciones para optimizar la carga tributaria”, afirma.
Por otro lado, al estimar la renta líquida imponible al 30 de septiembre es necesario proyectar los resultados de la empresa tomando en cuenta no solo los ingresos y gastos, sino también los ajustes tributarios de acuerdo con norma vigente. En este último punto es el momento para revisar temas tales como depreciaciones tributarias, gastos rechazados, retiros del ejercicio y registros de forma preliminar -como el registro tributario de rentas empresariales y el capital propio tributario-.
Hernán Fuentes asegura que el cierre contable preliminar “permite identificar áreas donde hay margen de mejora en la rentabilidad o mostrar dónde podrían existir riesgos impositivos, operativos o financieros. Ayuda también a una toma de decisiones informadas sobre inversión, reducción de costos y restructuración de deuda, entre otras”
De esta forma, para poder tomar decisiones estratégicas, mejorar la planificación para el resto del ejercicio y evitar contingencias con el Servicio de Impuestos Internos al momento de presentar la declaración de impuestos definitiva, es fundamental contar con un equipo contable y tributario consolidado y actualizado en las normativas financieras e impositivas vigentes.